sábado, 1 de noviembre de 2014



¿Cuál es la realidad de la evaluación institucional en nuestras escuelas?
            Hoy en día nuestro país se ha caracterizado por atravesar grandes cambios del cual no escapa el campo educativo en el que se han visto muchas innovaciones y remodelaciones partiendo desde la Ley Orgánica de Educación hasta el diseño curricular por el cual se rige todo el sistema educativo.  El diseño curricular constituye una herramienta al momento de llevar a cabo la planificación y la evaluación dentro de un aula de clase aunque cuando se toma en cuenta el termino evaluar no se debe pensar en que solo se lleva a cabo con los estudiantes puesto que cuando se habla de evaluación institucional se está hablando de la evaluación que abarca la administración educativa, el centro escolar y a los estudiantes.
            Para tal efecto, la evaluación institucional es considerada un proceso integrador que se lleva a cabo dentro o fuera de las instituciones el cual busca fomentar la calidad educativa a través de la emisión de juicios de valor para luego llegar a una toma de decisiones. Si bien es cierto, las personas que emiten estos juicios deben ser personas que tengan ética, es decir, alguien que tenga una buena conducta moral.

            Por otra parte, es necesario llevar a cabo una evaluación con la finalidad de tener una información veraz para luego tomar decisiones con respecto a la situación por la que atraviesa la institución en ese momento proporcionando herramientas básicas para la mejora de la calidad educativa.

            Debe señalarse, que más que evaluar es tener en cuenta qué persona lleva a cabo dicho proceso y bajo que valores se rige esta persona siendo que la evaluación se considera más que un proceso técnico un proceso ético ya que participan personas que emitirán juicios sobre actividades en las que participan otras personas. Por otra parte, la evaluación se rige por dos categorías la de ser objetivos y justos al momento de emitir juicios.  Por su parte la evaluación siempre va tener tres preguntas  ¿Qué evaluar? ¿Cuándo evaluar? y ¿Cómo evaluar? con las que se busca garantizar la veracidad de las metodologías que se estén empleando.
            Es también relevante señalar que la evaluación ha tenido varias posturas considerándola como un proceso sistemático integral y continuo en que se toma en cuenta las técnicas aplicadas, la capacidad del educador y la calidad de los planes aplicados para luego tomar decisiones.  Por otro lado está la apreciación de la evaluación con carácter científico siendo que se toma en cuenta la personalidad, los conocimientos y los métodos confiables de los que participan con la finalidad de conseguir una mejora continua en el proceso educativo.  Ambas posturas se fijan en que se debe interpretar los resultados obtenidos para fijar nuevas metas y reorientar las actividades.

Si bien es cierto que la educación hoy en día se ha visto sumergida en el mundo político lo que ha conllevado a que se preste para muchas irregularidades que afecta el sistema educativo dejando a un lado la calidad de la educación por pensar solo en la cantidad.  Esto ha conllevado a que muchas personas están ejerciendo cargos para los cuales no poseen ni la ética ni la preparación necesaria para llevar a cabo el cargo que desempeñan solo porque son activistas políticos que muchas veces solo tienen intereses personales obviando la verdadera ética de enseñar los verdaderos valores de la responsabilidad y la honestidad con el fin de trabajar en pro de una educación de calidad. Por tal razón muchas veces la evaluación institucional deja de ser un proceso permanente debido a que se supervisa tal cual vez, no lo toman en cuenta como un proceso integrador que busca asegurar la calidad educativa y que busca permitir la competitividad académica en la que se evalué la pertinencia, la eficiencia y la eficacia todo ello porque son llevadas a cabo por personas que solo tienen aspiraciones personales y con poco sentido de pertenencia con la parte educativa.

Además de eso, la evaluación institucional no debe verse como un proceso para solo establecer normas sino para interpretar, cambiar y mejorar la institución desde todos sus ámbitos (administrativo, obrero y alumnado) todo bajo la ética debido a que si no se aplican los verdaderos valores de un profesional evaluador se estaría incurriendo  en que la evaluación pasaría a ser un instrumento de control o de amenaza caso por el cual han pasado varias instituciones hoy en día; las cuales al momento de ser evaluadas les resaltan fijaciones e intereses políticos y muchas instituciones o en efecto su personal se ha visto afectado en cuanto a que deben apoyar el proceso y si no están de acuerdo se ven afectadas en cuanto a sus funciones dejando a un lado y sin importar si el docente o el gerente en realidad es competente o no, es decir, allí pasa a un segundo plano el juicio valorativo del desempeño del docente.
Toda institución debe tener una misión en la cual está reflejada que es lo que se quiere alcanzar y una visión del futuro para lo cual deben plantearse una serie de objetivos que conllevaran a unas actividades que serán ejecutas y finalmente evaluadas y es allí donde se hace participe la evaluación institucional siendo esta una evaluación externa que se lleva a cabo dentro de la institución para corroborar la calidad de gestión y de los resultados del trabajo realizado por la institución y dicha evaluación consta de varias etapas comprendidas en la autoevaluación, evaluación externa, divulgación de resultados y un plan de mejora. Dichas etapas no son llevadas a cabo en muchas instituciones más que todos estos casos se presentan en aquellas escuelas del entorno rural por las cuales van muy pocas veces o se podría decir que una vez al año los supervisores.  En algunos casos no se lleva a cabo ese análisis crítico o diálogo reflexivo entre los diversos actores que forman parte de la institución lo cual le compete al directivo incentivar a su personal a evaluarse si en realidad están llevando a cabo una buena gestión o solo se está cumpliendo por cumplir.
Por tal razón muchas veces la evaluación institucional deja de ser permanente debido a que se supervisa tal cual vez, no lo toman en cuenta como un proceso integrador que busca asegurar la calidad educativa y que busca permitir la competitividad académica en la que se evalué la pertinencia, la eficiencia y la eficacia todo ello porque son llevadas a cabo por personas que solo tienen aspiraciones personales y con poco sentido de pertenencia con la parte educativa.
También se ha visto que existen muchos planes y proyectos que buscan la innovación del campo educativo con el fin de la mejora de la calidad del proceso educativo y dichos planes parten de la realización de actividades que se ejecutan y que en algunos casos  no se evalúan a cabalidad con el fin de verificar si de verdad tuvo un efecto positivo.  Esto se debe a que dichos planes y proyectos no se han terminado de ejecutar cuando ya están mandando a ejecutar otro; resultando que todo queda a medias sin poder verificar si lo que se estaba ejecutando tendría buenos resultados. Se podría de decir que el campo educativo está en un constante ensayo y error de actividades que muchas veces ni se alcanzan a evaluar. 

Otro de los aspectos que también se ven dentro de las instituciones es que la parte gerencial no lleva los soportes necesarios en cuanto al seguimiento de sus trabajadores que le permitan a la hora de tomar decisiones llevar un juicio valorativo y real del desempeño en las funciones que le competa a ese personal tal es el caso de la asistencia, permisos personales, cumplimiento de actividades, desenvolvimiento con sus compañeros y muchos más aspectos que deben tomarse en cuenta para que al momento de la evaluación pueda observar que debe resaltar y elogiar en su trabajador y que deben mejorar.  Pero al no llevar cada uno de estos aspectos es donde se cae en llevar juicios falsos donde solo estaría dando una valoración por la simple observación o en algunos casos por ser familiares o allegados pues se cae en darle una valoración que muchas veces no es la más correcta y se estaría perdiendo la ética por parte de este gerente. Igualmente sucede dentro del aula puesto que muchos docentes hoy en día no llevan un verdadero control de evaluación de las actividades que se realizan con sus estudiantes y al momento de hacer los boletines informativos se estaría colocando algunas apreciaciones verdaderas y la otra parte sería un supuesto generándose de esta manera alumnos promovidos con pocas competencias para el grado a cursar y así seguir cargando con cantidad mas no con calidad.  Hoy en día a los estudiantes se les dan un sinfín de oportunidades para ser promovidos cuando pierden algunas materias  y es triste ver que muchos no logran apreciarlas o se convierten en estudiantes conformistas con la nota mínima. Pero también pasa que estos estudiantes son promovidos con la más mínima nota porque el docente no acumulo todos los registros que le permitieran dar el verdadero juicio de ser reprobado.
Es cierto que los tiempos han cambiado mucho pero muchos de esos cambios están llevando al mundo al conformismo y el facilismo perdiéndose los verdaderos valores y posturas del sistema educativo. No todos son malos porque hay proyectos muy buenos pero que no se le están dando el uso apropiado  y son manejados por personas que no están realmente lo suficientemente preparadas y por ende conllevan al fracaso y más si las actividades no pasan por una evaluación continua en la que todos los integrantes de una institución de verdad reflexiones y empiecen por autoevaluarse ellos mismos y logren ver si lo que están haciendo está bien o mal y así puedan reflexionar y corregir como también sepan aceptar sugerencias de cambio y poder de esta manera conseguir un alcance de la misión trazada por su institución.

¿Qué podemos hacer para abordar esas realidades?
Un buen resultado de las evaluaciones institucionales en cuanto a su desenvolvimiento y eficiencia de la práctica educativa nace de una buena gerencia partiendo de que es quien debe fomentar una buena integración y comunicación de todo su personal para así realizar una ejecución del trabajo educativo proporcionándole herramientas de actualización y formación permanente. A su vez manteniendo una evaluación permanente de todas aquellas actividades que se planteen.  Dicha evaluación debe partir de una autoevaluación en la que se hagan participe todos los actores de la institución realizando un análisis crítico de las actividades institucionales a fin de superar los obstáculos y tomar en cuenta los logros alcanzados para así lograr el éxito.
Otra de las etapas que se deben tomar en cuenta es de tener una evaluación externa la cual como se sabe es dirigida por un supervisor que en realidad posea una ética profesional con buena conducta moral y que tenga una buena preparación y este bien empapado de los distintos proyectos que ese estén ejecutando para que así pueda dar objetividad a lo evaluado. Un supervisor que pueda verificar que el desempeño de todos los actores cumple con las características de calidad y que todas las actividades están en concordancia con la misión, visión propósitos y objetivos institucionales garantizándole así a la sociedad calidad académica. Por otra parte, se debe tener un informe de dichas evaluaciones tanto la interna como la externa con el fin de comparar y así detallar un plan de mejoras que se realiza para el centro educativo.

De igual manera, aquel personal que tenga la función de supervisar debe considerar y tener muy presente que la evaluación debe ser útil y que se debe realizar dentro de cierto periodo respetando los valores de las personas involucradas en el proceso y a su vez realizarla con procedimientos adecuados con el fin de arrojar información confiable. Debe ser imparcial siendo que cada ente evaluado posee diversos puntos de vista y percepciones particulares, debe practicar la igualdad de trato al dirigirse a los evaluados como también poseer conocimientos claros sobre lo que está evaluando con el que pueda orientar de manera eficaz aquellas debilidades encontradas durante el proceso de evaluación. También el ente evaluador debe resaltar los puntos positivos encontrados durante la evaluación siendo que está siempre se ha visto como algo que intimida puesto que el termino evaluar no deja de ser para muchos aquel proceso en donde solo te van a encontrar lo negativo.

Otro de los puntos que ayudaría a mejorar las evaluaciones institucionales seria que se mantenga un mejor manejo de planes y proyectos, es decir, que sea ejecutados por personas que realmente se desenvuelvan en el tema y que además estos proyectos tengan un constante seguimiento para verificar si de verdad se están cumpliendo a cabalidad. En cuanto a la evaluación de los estudiantes el docente debe reflexionar en cuanto a que debe llevar todos los aspectos de cada estudiantes de una forma ordenada y en concordancia con los objetivos planteados de manera que al momento de emitir un juicio en cuanto al desarrollo del estudiante esto esté fundamentado en bases firmes y no bajo unos supuestos que finalmente conlleva a que el docente muchas veces apruebe al estudiante con una nota mínima por no tener como justificar que este debe ser reprobado.
Para lograr que exista un buen rendimiento por parte de las instituciones se debe comenzar por dejar de politizar la educación y no porque unos sean blancos y los otros rojos sino porque la verdadera educación es en la que prevalece la enseñanza  de valores para lograr formar un ciudadano que tenga una conciencia reflexiva y que en realidad tenga aspiraciones, un ciudadano que con experiencias propias pueda construir su propio futuro, un ciudadano que no sea conformista y para dicha formación se necesita que la máxima autoridad educativa se haga una autoevaluación y vea si en realidad se están cumpliendo a cabalidad los planes y proyectos emprendidos como también saber evaluar todo aquel personal que hace vida en las instituciones con el fin de verificar si en realidad son las personas más idóneas y calificadas para cumplir dichas funciones.






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