¿Cuál es la realidad de la
evaluación institucional en nuestras escuelas?
Hoy en día nuestro país se ha caracterizado por
atravesar grandes cambios del cual no escapa el campo educativo en el que se
han visto muchas innovaciones y remodelaciones partiendo desde la Ley Orgánica
de Educación hasta el diseño curricular por el cual se rige todo el sistema
educativo. El diseño curricular constituye
una herramienta al momento de llevar a cabo la planificación y la evaluación
dentro de un aula de clase aunque cuando se toma en cuenta el termino evaluar
no se debe pensar en que solo se lleva a cabo con los estudiantes puesto que
cuando se habla de evaluación institucional se está hablando de la evaluación
que abarca la administración educativa, el centro escolar y a los estudiantes.
Para
tal efecto, la evaluación institucional es considerada un proceso integrador
que se lleva a cabo dentro o fuera de las instituciones el cual busca fomentar
la calidad educativa a través de la emisión de juicios de valor para luego
llegar a una toma de decisiones. Si bien es cierto, las personas que emiten
estos juicios deben ser personas que tengan ética, es decir, alguien que tenga
una buena conducta moral.
Por
otra parte, es necesario llevar a cabo una evaluación con la finalidad de tener
una información veraz para luego tomar decisiones con respecto a la situación
por la que atraviesa la institución en ese momento proporcionando herramientas
básicas para la mejora de la calidad educativa.
Debe
señalarse, que más que evaluar es tener en cuenta qué persona lleva a cabo dicho
proceso y bajo que valores se rige esta persona siendo que la evaluación se
considera más que un proceso técnico un proceso ético ya que participan
personas que emitirán juicios sobre actividades en las que participan otras
personas. Por otra parte, la evaluación se rige por dos
categorías la de ser objetivos y justos al momento de emitir juicios. Por su parte la evaluación siempre va tener
tres preguntas ¿Qué evaluar? ¿Cuándo
evaluar? y ¿Cómo evaluar? con las que se busca garantizar la veracidad de las
metodologías que se estén empleando.
Es
también relevante señalar que la evaluación ha tenido varias posturas
considerándola como un proceso sistemático integral y continuo en que se toma
en cuenta las técnicas aplicadas, la capacidad del educador y la calidad de los
planes aplicados para luego tomar decisiones.
Por otro lado está la apreciación de la evaluación con carácter
científico siendo que se toma en cuenta la personalidad, los conocimientos y
los métodos confiables de los que participan con la finalidad de conseguir una
mejora continua en el proceso educativo. Ambas posturas se fijan en que se debe interpretar
los resultados obtenidos para fijar nuevas metas y reorientar las actividades.
Si bien es
cierto que la educación hoy en día se ha visto sumergida en el mundo político
lo que ha conllevado a que se preste para muchas irregularidades que afecta el
sistema educativo dejando a un lado la calidad de la educación por pensar solo
en la cantidad. Esto ha conllevado a que
muchas personas están ejerciendo cargos para los cuales no poseen ni la ética
ni la preparación necesaria para llevar a cabo el cargo que desempeñan solo
porque son activistas políticos que muchas veces solo tienen intereses
personales obviando la verdadera ética de enseñar los verdaderos valores de la
responsabilidad y la honestidad con el fin de trabajar en pro de una educación
de calidad. Por tal razón muchas veces la evaluación institucional deja de ser
un proceso permanente debido a que se supervisa tal cual vez, no lo toman en
cuenta como un proceso integrador que busca asegurar la calidad educativa y que
busca permitir la competitividad académica en la que se evalué la pertinencia,
la eficiencia y la eficacia todo ello porque son llevadas a cabo por personas
que solo tienen aspiraciones personales y con poco sentido de pertenencia con
la parte educativa.
Además de eso,
la evaluación institucional no debe verse como un proceso para solo establecer
normas sino para interpretar, cambiar y mejorar la institución desde todos sus
ámbitos (administrativo, obrero y alumnado) todo bajo la ética debido a que si
no se aplican los verdaderos valores de un profesional evaluador se estaría
incurriendo en que la evaluación pasaría
a ser un instrumento de control o de amenaza caso por el cual han pasado varias
instituciones hoy en día; las cuales al momento de ser evaluadas les resaltan
fijaciones e intereses políticos y muchas instituciones o en efecto su personal
se ha visto afectado en cuanto a que deben apoyar el proceso y si no están de
acuerdo se ven afectadas en cuanto a sus funciones dejando a un lado y sin
importar si el docente o el gerente en realidad es competente o no, es decir,
allí pasa a un segundo plano el juicio valorativo del desempeño del docente.
Toda
institución debe tener una misión en la cual está reflejada que es lo que se
quiere alcanzar y una visión del futuro para lo cual deben plantearse una serie
de objetivos que conllevaran a unas actividades que serán ejecutas y finalmente
evaluadas y es allí donde se hace participe la evaluación institucional siendo
esta una evaluación externa que se lleva a cabo dentro de la institución para
corroborar la calidad de gestión y de los resultados del trabajo realizado por
la institución y dicha evaluación consta de varias etapas comprendidas en la
autoevaluación, evaluación externa, divulgación de resultados y un plan de
mejora. Dichas etapas no son llevadas a cabo en muchas instituciones más que
todos estos casos se presentan en aquellas escuelas del entorno rural por las
cuales van muy pocas veces o se podría decir que una vez al año los
supervisores. En algunos casos no se
lleva a cabo ese análisis crítico o diálogo reflexivo entre los diversos
actores que forman parte de la institución lo cual le compete al directivo
incentivar a su personal a evaluarse si en realidad están llevando a cabo una
buena gestión o solo se está cumpliendo por cumplir.
Por tal razón
muchas veces la evaluación institucional deja de ser permanente debido a que se
supervisa tal cual vez, no lo toman en cuenta como un proceso integrador que
busca asegurar la calidad educativa y que busca permitir la competitividad
académica en la que se evalué la pertinencia, la eficiencia y la eficacia todo
ello porque son llevadas a cabo por personas que solo tienen aspiraciones
personales y con poco sentido de pertenencia con la parte educativa.
También se ha
visto que existen muchos planes y proyectos que buscan la innovación del campo
educativo con el fin de la mejora de la calidad del proceso educativo y dichos
planes parten de la realización de actividades que se ejecutan y que en algunos
casos no se evalúan a cabalidad con el
fin de verificar si de verdad tuvo un efecto positivo. Esto se debe a que dichos planes y proyectos
no se han terminado de ejecutar cuando ya están mandando a ejecutar otro;
resultando que todo queda a medias sin poder verificar si lo que se estaba ejecutando
tendría buenos resultados. Se podría de decir que el campo educativo está en un
constante ensayo y error de actividades que muchas veces ni se alcanzan a
evaluar.
Otro de los
aspectos que también se ven dentro de las instituciones es que la parte
gerencial no lleva los soportes necesarios en cuanto al seguimiento de sus
trabajadores que le permitan a la hora de tomar decisiones llevar un juicio
valorativo y real del desempeño en las funciones que le competa a ese personal
tal es el caso de la asistencia, permisos personales, cumplimiento de
actividades, desenvolvimiento con sus compañeros y muchos más aspectos que
deben tomarse en cuenta para que al momento de la evaluación pueda observar que
debe resaltar y elogiar en su trabajador y que deben mejorar. Pero al no llevar cada uno de estos aspectos
es donde se cae en llevar juicios falsos donde solo estaría dando una
valoración por la simple observación o en algunos casos por ser familiares o
allegados pues se cae en darle una valoración que muchas veces no es la más
correcta y se estaría perdiendo la ética por parte de este gerente. Igualmente
sucede dentro del aula puesto que muchos docentes hoy en día no llevan un
verdadero control de evaluación de las actividades que se realizan con sus
estudiantes y al momento de hacer los boletines informativos se estaría
colocando algunas apreciaciones verdaderas y la otra parte sería un supuesto
generándose de esta manera alumnos promovidos con pocas competencias para el
grado a cursar y así seguir cargando con cantidad mas no con calidad. Hoy en día a los estudiantes se les dan un
sinfín de oportunidades para ser promovidos cuando pierden algunas
materias y es triste ver que muchos no
logran apreciarlas o se convierten en estudiantes conformistas con la nota
mínima. Pero también pasa que estos estudiantes son promovidos con la más
mínima nota porque el docente no acumulo todos los registros que le permitieran
dar el verdadero juicio de ser reprobado.
Es cierto que
los tiempos han cambiado mucho pero muchos de esos cambios están llevando al
mundo al conformismo y el facilismo perdiéndose los verdaderos valores y
posturas del sistema educativo. No todos son malos porque hay proyectos muy
buenos pero que no se le están dando el uso apropiado y son manejados por personas que no están
realmente lo suficientemente preparadas y por ende conllevan al fracaso y más
si las actividades no pasan por una evaluación continua en la que todos los
integrantes de una institución de verdad reflexiones y empiecen por autoevaluarse
ellos mismos y logren ver si lo que están haciendo está bien o mal y así puedan
reflexionar y corregir como también sepan aceptar sugerencias de cambio y poder
de esta manera conseguir un alcance de la misión trazada por su institución.
¿Qué podemos hacer
para abordar esas realidades?
Un buen
resultado de las evaluaciones institucionales en cuanto a su desenvolvimiento y
eficiencia de la práctica educativa nace de una buena gerencia partiendo de que
es quien debe fomentar una buena integración y comunicación de todo su personal
para así realizar una ejecución del trabajo educativo proporcionándole
herramientas de actualización y formación permanente. A su vez manteniendo una
evaluación permanente de todas aquellas actividades que se planteen. Dicha evaluación debe partir de una
autoevaluación en la que se hagan participe todos los actores de la institución
realizando un análisis crítico de las actividades institucionales a fin de
superar los obstáculos y tomar en cuenta los logros alcanzados para así lograr
el éxito.
Otra de las
etapas que se deben tomar en cuenta es de tener una evaluación externa la cual
como se sabe es dirigida por un supervisor que en realidad posea una ética
profesional con buena conducta moral y que tenga una buena preparación y este
bien empapado de los distintos proyectos que ese estén ejecutando para que así
pueda dar objetividad a lo evaluado. Un supervisor que pueda verificar que el
desempeño de todos los actores cumple con las características de calidad y que
todas las actividades están en concordancia con la misión, visión propósitos y
objetivos institucionales garantizándole así a la sociedad calidad académica.
Por otra parte, se debe tener un informe de dichas evaluaciones tanto la
interna como la externa con el fin de comparar y así detallar un plan de
mejoras que se realiza para el centro educativo.
De igual
manera, aquel personal que tenga la función de supervisar debe considerar y
tener muy presente que la evaluación debe ser útil y que se debe realizar dentro
de cierto periodo respetando los valores de las personas involucradas en el
proceso y a su vez realizarla con procedimientos adecuados con el fin de
arrojar información confiable. Debe ser imparcial siendo que cada ente evaluado
posee diversos puntos de vista y percepciones particulares, debe practicar la
igualdad de trato al dirigirse a los evaluados como también poseer
conocimientos claros sobre lo que está evaluando con el que pueda orientar de
manera eficaz aquellas debilidades encontradas durante el proceso de
evaluación. También el ente evaluador debe resaltar los puntos positivos
encontrados durante la evaluación siendo que está siempre se ha visto como algo
que intimida puesto que el termino evaluar no deja de ser para muchos aquel
proceso en donde solo te van a encontrar lo negativo.
Otro de los
puntos que ayudaría a mejorar las evaluaciones institucionales seria que se
mantenga un mejor manejo de planes y proyectos, es decir, que sea ejecutados
por personas que realmente se desenvuelvan en el tema y que además estos proyectos
tengan un constante seguimiento para verificar si de verdad se están cumpliendo
a cabalidad. En cuanto a la evaluación de los estudiantes el docente debe
reflexionar en cuanto a que debe llevar todos los aspectos de cada estudiantes
de una forma ordenada y en concordancia con los objetivos planteados de manera
que al momento de emitir un juicio en cuanto al desarrollo del estudiante esto
esté fundamentado en bases firmes y no bajo unos supuestos que finalmente
conlleva a que el docente muchas veces apruebe al estudiante con una nota
mínima por no tener como justificar que este debe ser reprobado.
Para lograr
que exista un buen rendimiento por parte de las instituciones se debe comenzar
por dejar de politizar la educación y no porque unos sean blancos y los otros
rojos sino porque la verdadera educación es en la que prevalece la enseñanza de valores para lograr formar un ciudadano que
tenga una conciencia reflexiva y que en realidad tenga aspiraciones, un
ciudadano que con experiencias propias pueda construir su propio futuro, un
ciudadano que no sea conformista y para dicha formación se necesita que la
máxima autoridad educativa se haga una autoevaluación y vea si en realidad se
están cumpliendo a cabalidad los planes y proyectos emprendidos como también
saber evaluar todo aquel personal que hace vida en las instituciones con el fin
de verificar si en realidad son las personas más idóneas y calificadas para
cumplir dichas funciones.
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